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Normalizar la violencia expone a niños, niñas y adolescentes a ser víctimas

ayoub

97 por ciento de los delitos no se denuncian, urgente un sistema eficaz de investigación y justicia para acabar con la impunidad de los delincuentes.

Tengo en mis manos un libro de reciente publicación, El Secuestro en México, de Saskia Niño de Rivera y Manuel López San Martin, donde transcriben desgarradores testimonios de víctimas que, de primera mano, develan la terrible realidad y en donde se pueden encontrar claves importantes para la prevención.

Niñas, niños y adolescentes son víctimas recurrentes de estos desalmados delincuentes, por obvias razones. ¿Qué podemos hacer para prevenir?

Amén de que son factores que todas y todos reconocemos como necesarios, es decir, la urgencia de mejorar la educación, reducir la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, en esta ocasión, pretendo enfocarme más en la prevención que, precisamente, ofrece el relato de involuntarios, pero heróicos supervivientes.

Muchas personas se burlan de que alguien se encuentre siempre alerta y piensan que exagera. Yo les digo, con base en mi experiencia y en los testimonios, ¡exageren en el cuidado! Si algo ven o perciben sospechoso, raro o fuera de lo común, ¡peligro!

Ana, una de las víctimas, comparte que “días antes había tenido la sensación de que me seguían, incluso tuve varios encuentros con coches sospechosos, pero no le di importancia”. “Un mes antes empecé a notar ciertos coches raros, pero me daba un poco de pena decir lo que estaba pasando”. Alberto reflexiona, “…todas mis rutinas eran bastante predecibles y siempre iba solo a todas partes”.

¿Será que en el mundo actual debemos estar alertas? Sí. ¿Será que debemos evitar la verguenza y comentar cualquier sensación de inseguridad? Sí. Nuestra obligación como receptores, es creerles siempre. El Consejo Ciudadano de la CDMX es un gran aliado para apoyar en estos casos, márcales al 55 5533 5533.

Por otro lado, la normalización de la violencia insensibiliza a ciudadanos y autoridades. No debemos olvidar que se trata de seres humanos. Regresemos al camino de la empatía, del amor al prójimo. Helen, narra con sentimiento, “…el secuestro se ha vuelto un tema tan común, tan normalizado, que la gente dejó de verlo como lo que es: una experiencia horrible y traumática…”

La impunidad, otro factor relevante, de acuerdo con Niño de Rivera y López San Martin, en México el 97 por ciento de los delitos no se denuncian y, de los que sí, solo la mitad alcanza sentencia. Un sistema eficaz de investigación y justicia es urgente.

Ya lo recomendaba en mi columna del 29/02/20, ¡Alerta Fátima..!, sin ánimo de fatalismo, pero sí de precaver, integremos de nosotros y nuestros familiares, un banco de información actualizado, fotos, datos personales.

La prevención es una herramienta poderosa. Estemos alertas siempre, si bien, el número de secuestros ha ido a la baja, éste y muchos delitos más, nos acechan a la vuelta de la esquina. Estemos vigilantes y atentos, sobre todo, por la defensa de la seguridad infantil.