¿Quién no ha conocido o vivido que un victimario ejerza violencia física, sexual, psicológica, emocional o patrimonial en contra de un hijo, hija o familiar cercano de otra víctima?
En palabras llanas, generalmente, cuando el padre, para hacer daño a la madre, ejerce violencia en contra de hijas, hijos o seres queridos de la mamá, eso se llama violencia vicaria. Sin dejar de lado también, los delitos directos que comete en contra de esos seres amados, como el maltrato o abuso infantil, daño en propiedad y hasta homicidio.
Nulamente contemplado en los sistemas legales, precisamente, por la dirección de la agresión, como ésta, de manera objetiva, se dirige a terceras personas, ahí se centraba el delito, no obstante, la intención del malhechor va dirigida, además, a otro ser humano. Dos direcciones que deben ser punibles, un mismo delincuente.
El concepto fue acuñado apenas hace una década, por la psicóloga Sonia Vaccaro. Vicario, que significa alguien que sustituye a otra persona. En estos casos, es la sustitución de la víctima (la madre) por la o las víctimas (hijos o seres queridos). Su reciente conceptualización, no implica que no se haya padecido desde siempre.
Mi interés por la defensa de la seguridad infantil, ha vinculado que reciba inumerables mensajes y correos para conocer del tema. Confieso que aunque estaba presente en mis contextos, no había logrado focalizarlo. Es un castigo machista contra la mujer, utilizando a un tercero que también lo vive.
Al no estar plenamente institucionalizado, no existen datos, sin embargo, podríamos extrapolar todos aquellos casos en los que, por ejemplo, existe sustracción de menores, maltrato infantil, incumplimiento de obligaciones de asistencia familiar (sólo en 2021-22 se registran 36,805 expedientes). España realizó la primera investigación sobre violencia vicaria extrema. En un 82 por ciento, el agresor fue el padre y, terriblemente, las víctimas mortales contaban con edades entre cero y cinco.
Asociaciones mexicanas como el Frente Nacional Mujeres, el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, están luchando incansablemente, para visibilizar esta atrocidad pero, sobre todo, para que nuestras legisladoras y legisladores lo incluyan en la ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, así como para que legislen lo necesario para los Códigos Civiles y Penales.
Hasta el momento, sólo Baja California Sur, Estado de México, Hidalgo, Puebla, Yucatán y Zacatecas han aprobado reformas. ¿Mi Baja California querida?
Recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de su Ministro Presidente, Arturo Zaldívar, reconoció la importancia de visibilizar esta violencia que afecta a todas y todos. Reconoció que la expedición del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares -obligación del Congreso de la Unión-, es una valiosa oportunidad para incluir las medidas respectivas.
Por ello, un atento llamado a nuestros legisladores, por las madres agredidas, pero más aún, por nuestras niñas, niños y adolescentes, futuro de esta gran nación. ¿Se comprometen?