La violencia infantil en México afecta a seis de cada diez niños. Las viejas y malas prácticas en casa deben acabarse.
Los niños deben someterse a sus padres o tutores porque estos son dueños de sus derechos humanos. ¡Falso! Los progenitores o familiares adultos, suponen que, por haberlos procreado o por tener una mayor edad, pueden administrar a voluntad los derechos inherentes a los infantes.
“Si no haces tu tarea te vas a tu cuarto sin cenar”… no, no, no, señor o señora, usted está violentando su derecho a la alimentación adecuada e imponiendo castigos degradantes, por lo que hasta puede incurrir en algún delito, busque otros recursos no agresivos, echemos mano del concepto positivo de disciplina, a través de formas participativas.
En principio, debemos comprender y que se quede ahí en nuestra mente, que los menores de edad, antes de hijas o sobrinos, son seres humanos. El foco de atención siempre debe estar en su humanidad.
En México, seis de cada diez niñas y niños son corregidos con violencia y el seis por ciento sufre castigos severos; estudios comprueban que la violencia infantil genera adultos inseguros y violentos.
Comprendo que en los primeros años podemos ser rebeldes -seguramente yo lo fui en algún grado-, pero somos eso ¡Niños! Ya dice la máxima: en alguien debe caber la prudencia y no esperemos, ¡por Dios!, que sea en los menores.
Estuve viviendo varios años en Madrid y cuando regresé a Mexicali, empecé a convivir con mi sobrino que ya contaba con siete años, platicando con él, me desesperaba mucho que no actuara como yo esperaba. Saque usted sus conclusiones… pues claro, era tan sólo un menor, lo que pasa por su cabeza y sus experiencias son muy distintas a las de un adulto.
La convención sobre los derechos del niño, reconoce los derechos humanos, como propios y naturales a ellos, por el sólo hecho de existir y no dependen de nadie. Entre otros, a la vida, a la libertad, a expresar su opinión libremente, a no sufrir abuso físico o mental, malos tratos o explotación.
Nuestra Constitución política establece que el Estado velará y cumplirá con el principio de interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos.
Asimismo, la Ley general de los derechos de niñas, niños y adolescentes, prohíbe cualquier tipo de castigo corporal o humillante, incluyendo golpes, empujones, mordidas, tirones de cabello, actos que denigren, desvaloricen, estigmaticen, de menosprecio.
¡Mucho ojo! Porque no estoy sugiriendo que no se les guíe, eduque e instruya. Para nada, sino que modernicemos los métodos mal aprendidos. Estoy convencido, porque así lo experimenté que, con amor, comprensión y entendimiento, lograremos los mismos resultados, sin violentar a la infancia.
Así que, antes de castigar, golpear o mandar a dormir sin cenar, recuerde que estos tratos son inhumanos, que pueden constituir un delito y que los niños son niños. ¡Cuente hasta diez! Permitamos que los niños, niñas y adolescentes, sean eso, que se dediquen a ser felices, sólo así podremos construir un México en paz y con un futuro más prometedor.