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¿Sororidad? La razón de los avances en las fiscalías y tribunales contra la violencia de género

ayoub

La sororidad, valentía y las redes sociales han sido elementos clave para los avances en materia de equidad de género en las fiscalías.

Por orden alfabético, de la A a la Z y con mayor frecuencia, nos enteramos de casos de probables acosadores, abusadores o violadores que están siendo sujetos a proceso, sus cuentas bancarias congeladas e investigados con perspectiva de género y un enfoque especializado. ¿A qué se debe que, en los últimos tiempos, sea más reiterado?, quizá la sororidad, la fraternidad y las redes sociales.

¿Será que en la CDMX la Fiscalía General de Justicia, la de Delitos Sexuales y la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género son dirigidas por mujeres?, ¿Qué a nivel federal, por primera vez en la historia, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana está a cargo de una mujer? o ¿Qué de las 31 fiscalías restantes en los Estados, Durango, Sonora y Veracruz, también son encabezadas por ellas?
Sin duda, su profesionalismo y compromiso contribuyen y ha sido un factor determinante. Mi más sincero reconocimiento a su labor. Aunado a ello, existen factores que tal vez también aportan para que, finalmente, mujeres profesionales alcancen estas posiciones como servidoras públicas.
Es decir, ¿el huevo o la gallina? o vemos más procesamientos por delitos sexuales porque hay mujeres a cargo, o existen mujeres a cargo porque se están fortaleciendo los siguientes elementos -también impulsados por las mujeres dirigiendo-:

1. Sororidad, cada vez más fortalecida y, se refiere a la unidad que se forma por la amistad y solidaridad recíproca entre mujeres que se hermanan para alcanzar un mismo objetivo.

2. La fraternidad entre mujeres ha permitido que el sufrimiento, valentía y capacidad de una, se convierta en las fortalezas de todas, como una bola de nieve que genera manifestaciones masivas para ser escuchadas, a veces a gritos, pero escuchadas; permeando cada vez más profundo en nuestras familias, gobierno, hombres, políticas públicas y en la legislación. La Ley Olimpia es un buen ejemplo.

3. Redes sociales. La unidad en la valentía, aún a la distancia y sin conocerse, ha tenido un eco fundamental en las redes; movimientos sororos trascendentales como #MeToo #Niunamás #YoTeCreo, se han fortalecido a través de estos canales.

Entonces, no hay ni huevos ni gallinas, se trata de una acción integral impulsada en todas las direcciones, una revolución liderada por mujeres, para mujeres y decidida a romper el pacto.

Ahora, ¿no existía la sororidad? ¡claro que sí! no obstante, las revoluciones se gestan sobre ciertos ingredientes, hoy uno de ellos es éste y sobre el cual giran otros factores que, en un momento determinado -y éste es el momento-, germinan en lo que estamos viviendo como un movimiento feminista que poco a poco va ganando el espacio arrebatado, traduciéndose, entre muchos otros alcances, en un verdadero procesamiento de delitos sexuales y en el grito unísono que no sólo debe ser feminista, sino universal de: ¡Ya basta!

Toda transformación tiene un momento de caos, en donde las cosas se pueden ir a los extremos, pero conforme adquiere fuerza, se presenta en todo su esplendor, ya no como algo aislado, sino como una realidad multifacética que llegó para quedarse.