Lisset Soto Salinas desapareció en 2010. Una pequeña más, de las 73 mil 201 personas desaparecidas y no localizadas en México. Tenemos la obligación de buscarlos
Con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, al 13 de julio de 2020, en México existen 73 mil 201 personas desaparecidas y no localizadas. Lisset Soto Salinas es una de ellas.
Se le vió por última vez, el 14 de octubre de 2010, en La Paz, Baja California Sur, cuando tenía 8 años y no hemos sabido nada más de ella. Necesitamos de tu ayuda para localizarla. Memorizando su cara -tiene un lunar en la nuca del lado derecho- y estando alertas en nuestros recorridos, en cada viaje que realicemos, podemos hacer la diferencia.
No puedo imaginar lo que debe ser para una madre, para un padre, para la familia, vivir la desaparición de un ser amado. ¿Tienes hijas o sobrinos? Pensemos por un instante esta situación y lo que haríamos para recuperarlos.
Desde hace algunos años he participado en la lucha contra la trata de personas y fue en ese caminar donde tuve la oportunidad de encontrarme con Esmeralda Salinas, mamá de Lisset. Conocí de primera mano las circunstancias de este hecho, la terrible desesperación que ha vivido su familia, así como la urgente necesidad de un mayor compromiso y, protocolos efectivos, por parte de las autoridades.
Por alguna razón, este caso en particular me llegó muy profundo. Sentí el dolor de su familia y la angustia por no saber nada de Lisset. Procuré involucrarme más, establecimos contacto, entre otros importantes, con Tim Ballard, fundador de la asociación Operation Underground Railroad (hace referencia a un sistema que ayudaba a los esclavos fugitivos a escapar, antes de la abolición en EEUU), que actualmente organiza, con mucho éxito, operativos para rescatar niñas, niños y adolescentes de las garras de la escavitud moderna. Pero aún así, los esfuerzos no han rendido frutos.
El artículo 13 de la Ley General en materia de Desaparición establece que estos delitos tienen un carácter permanente o continuo y no se debe cerrar el caso, hasta en tanto se conozca la suerte y el paradero de la persona.
De esta manera, hace unos días, Familias Unidas por una Causa, A.C., me etiquetaron en twitter con la foto de Lisset: “Si la ves repórtala”; lo que despertó en mí, de nueva cuenta, la necesidad de contribuir con su búsqueda y, la de tantas personas que no han podido regresar, aprovechando la capacidad de difusión de esta columna.
Por ello, sumándome al grito desesperado de más de 73 mil familias, me atrevo a exhortar a nuestras autoridades federales, estatales y locales, para que mantengan actualizado y, con la información necesaria (incluyendo fotos), el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas y Desaparecidas. Los datos que actualmente aparecen en el Registro, por ejemplo, sobre Lisset Soto, son mínimos y casi inútiles para su localización.
A todos nosotros nos exhortaría a sensibilizarnos; a verificar la fuente de la información que recibimos en redes sociales y, en su caso, difundirla; a grabarnos los rostros de estas niñas y niños y, ante el menor indicio, reportarlo al 800 5533000, línea nacional contra la trata de personas del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Donde sí responden.
Para Lisset Soto y su familia, me atrevería a retomar la declaración que hace Operation Under Ground Railroad, a todas las niñas, niños y adolescentes desaparecidos: “Tu larga noche está llegando a su fin. Resiste, vamos en camino”. Y por “vamos”, me refiero a todas y todos nosotros que, de manera decisiva, podemos ayudarlos a volver a casa. No les demos la espalda.