La generación de la chancla

¿La letra con sangre entra? La ley prohíbe golpes y humillaciones a menores

En México, seis de cada 10 niñas y niños son educados con violencia; estudios comprueban que la violencia infantil genera adultos inseguros y violentos.

La chancla voladora de mamá o el pellizco “efectivo” en la iglesia, ¿nos hizo más resistentes a la vida?, ¿formó adecuadamente nuestro carácter? o ¿nos preparó para normalizar la violencia en nuestra madurez y reciclarla?

Yo soy de esa generación. Mi padre no nos agredió físicamente, sí con gritos y amenazas. Mi madre era la dueña de los métodos de corrección light. ¿Sería porque el hombre salía a trabajar y la mujer, por su cuenta, tenía que enfrentar las labores del hogar y la responsabilidad de criar y educar a los adultos del mañana?

Bíblicamente existe discusión, muchas versiones, por ejemplo, en Proverbios 13:24, hablan de corregir con diligencia y otras de emplear la vara. “No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo”.

Estudios han demostrado una correlación entre la violencia infantil y padecimientos psicológicos o psiquiátricos como la ira, tristeza, desesperación, baja auto estima, ansiedad, depresión, inclusive, el suicidio.

Los datos parecen indicar que la generación de la chancla sigue vigente. En nuestro país, seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes aún son disciplinados con violencia y, el seis por ciento experimenta castigos físicos severos. Diariamente, cuatro menores mueren por causas violentas.

No obstante, de manera innovadora, los Poderes de la Unión están haciendo su parte. Contamos con mecanismos especializados como el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), reconocido internacionalmente, que hace visible la problemática y se esfuerza por erradicarla.

La Suprema Corte ha emitido criterios muy recientes, que sirven como directriz para todos los juzgadores y la sociedad, en los que reconoce la necesidad de erradicar el castigo corporal y los tratos degradantes, sin rechazar el concepto positivo de disciplina, a través de formas participativas.

Asimismo, el 11 de enero de 2021, entraron en vigor las reformas propuestas por el Senado en las que se define y prohibe, cualquier tipo de violencia en contra de los niños, niñas y adolescentes, en particular, el castigo corporal y humillante.

Si bien, es una reforma más preventiva que penal, es decir, no viene acompañada de una sanción, sí sienta las bases y representa un paso gigantezco en la dirección adecuada, para la protección de los derechos de los menores, a la integridad personal y a un sano desarrollo integral que, en el corto plazo, generará seres humanos, más humanos y menos propensos al círculo vicioso de la violencia.

Muchos papás todavía dudan entre los métodos, considerando que una dosis de violencia ligera puede enderezar el árbol torcido. Independientemente de lo que nos tocó vivir y si, aparentemente funcionó, es evidente y existen estudios que comprueban que la violencia infantil genera adultos inseguros y violentos y tiene consecuencias en la forma en la que la normalizamos. Una niñez sana es un México sano. No sé… piénsalo.