La ONU designó esta fecha no como una conmemoración, sino como un día para la reflexión con el propósito de erradicar mundialmente este delito
En la resolución aprobada el 18 de diciembre de 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, relativa a las medidas propuestas para mejorar la coordinación de esta lucha, se decidió designar el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas.
No es un festejo, es una fecha que tiene como propósito crear conciencia del grave problema que enfrentamos, recordarnos que seguimos padeciendo de la esclavitud moderna y que, sobre todo, hoy en día existen víctimas de explotación en todas sus modalidades.
En 2018, a nivel mundial, se tuvo razón de 50,000 casos (aunque la estimación global no reportada llega a 40.3 millones en condición de esclavos), el 50 por ciento con fines de explotación sexual y el 38, de trabajos forzosos. Niñas y mujeres representan más del 65 por ciento de los casos, aunque en los últimos años la explotación de niños ha aumentado 5 veces.
¿Cuántas víctimas hay en México? Con registros de 2015 y hasta el 30 de junio de 2021, se registraron 3,153 mujeres víctimas de trata (la estimación es de 341,000), con los sucesos más altos en los estados de México, Nuevo León, Ciudad de México y Baja California. En 2019 y 2020 la línea nacional contra la trata de personas del Consejo Ciudadano, recibió 4 mil 455 llamadas de denuncia.
¿En qué consiste este delito? De acuerdo con la Ley General en la materia, la trata de personas consiste en la explotación del hombre por el hombre, es decir, cuando un individuo realiza acciones u omisiones con la intención de explotar a otro y recibir un beneficio, ya sea como esclavo, siervo, sexual o laboralmente (las más habituales), matrimonio o mendicidad forzosa, utilización de menores en actividades delictivas, adopción ilegal de menores, tráfico de órganos o experimentación biomédica ilícita.
Se trata de un hacer o dejar de hacer, a través de distintos medios como la amenaza, el uso de la fuerza, coacción, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, para un fin, que es la explotación.
Con este delito se vulneran, al mismo tiempo, innumerables derechos humanos, como el de la vida, la libertad y seguridad y el de libre desarrollo de la personalidad. Entre las principales causas se reconocen la pobreza, la desigualdad, la discriminación y la violencia de género.
Como podemos observar, en principio, hemos avanzado en la lucha contra la esclavitud, pero aún estamos muy lejos de que la conciencia sea tal, que podamos empezar a disminuir los números de explotación. Tenemos que creer que existe, debemos conocer sus elementos para poder identificarla y, sobre todo, para denunciarla.
No dejemos que este día pase desapercibido, que sea una fecha más, aprovechemos que se encuentra establecida para tomarla como punto de referencia y, exigirnos, exigir a la sociedad y a nuestros gobiernos, una focalización del problema y atención urgente. ¡Levantemos la voz en contra de la explotación del ser humano!