La niñez es el futuro de México, además del DIF y otras instituciones, también es una responsabilidad ciudadana.
De acuerdo con la convención de los derechos del niño, aprobada como tratado de derechos humanos en 1989, la familia es el espacio fundamental de la sociedad y canal para el adecuado crecimiento y bienestar de los menores. Esta necesidad natural no siempre es posible, por ello se desarrolla e implementa el concepto de cuidados alternativos como un medio para restituir el derecho a vivir en familia.
En 2015 se estimaban 33,118 niños, niñas y adolescentes menores de 17 años en centros de asistencia social; para el censo de 2020, el dato es de 64 mil personas de 0 a 19 años alojados en estos establecimientos. Baja California como la entidad con mayor población albergada.
¿Qué estamos haciendo para atender esta problemática, siendo que la niñez es el futuro de México? El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y las Procuradurías de Protección, nacional y estatales, son responsables de la protección y atención de los infantes con estas necesidades, no obstante, no es suficiente.
Para ello y como un rayo de esperanza, existen agrupaciones civiles que, de la mano y bajo la supervisión de las autoridades, procuran brindar la atención complementaria. Entre éstas, se encuentra la organización internacional, con representación en nuestro país, Aldeas Infantiles México SOS, con la que honrosamente participo.
Aldeas trabaja arduamente para restituir el derecho a vivir en familia, de los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado de sus familias o están en riesgo de perderlo.
Tuve la oportunidad de conversar con Erika Montes Caballero, coordinadora nacional de cuidados alternativos de esta institución y, me pareció de vital importancia, como parte de la solución a esta problemática, compartir con ustedes, sobre todo, la noble labor de esta asociación, así como el concepto de cuidados alternativos para la infancia en desamparo.
En principio, existen diversas razones por las cuáles nuestros menores pueden quedar sin familia, entre ellas la violencia física, sexual, psicológica o por abandono y, actualmente, se ha sumado a estos cuidados la población en condición de movilidad, aquellos que transitan a través del país de manera desamparada.
Así, cuando el desarrollo en la familia de origen no es posible, se debe cuidar de ellos de manera alternativa, a través de familiares u otras personas adultas, siempre bajo la supervisión del Estado y asegurándose que reciben la atención necesaria, ya sea al cuidado de otros miembros de su misma familia, en una de acogida -distinta a la suya-, en acogida pre adoptiva, en adoptiva o en acogida residencial, como el caso de Aldeas Infantiles.
Es importante destacar que todos aquellos niños que se reciben en esta organización, son derivados de las autoridades, para iniciar desde el día uno, su proceso de reintegración a la familia de origen o, en su caso, acompañarlos hasta consolidar un proyecto de vida independiente.
Las autoridades, agrupaciones y seres humanos que procuran esta alternativa no pueden solos, es responsabilidad de todas y todos nosotros, sumarnos decididamente, son nuestros niños y niñas, es nuestro país. ¿Te apuntas?