Crisis migratoria: Niños y adolescentes, víctimas del sueño americano

Entre los miles de migrantes que viajan a la frontera norte, se encuentran niños, niñas y adolescentes que sufren la falta de oportunidades.

El tema es fundamental para los derechos humanos, pero además, varios acontecimientos lo pusieron fuertemente sobre mi mesa.

En mi reciente viaje a Valle de Guadalupe, Baja California, compartí vuelo con familias de origen haitiano y, en la charla, me contaron su intención de buscar el sueño americano. Recordé que en 2016 arribaron al estado más de 15 mil migrantes. Muchos lograron cruzar a estados unidos de manera legal, otros se establecieron e integraron activamente en la comunidad.

Por estos tiempos, tuve la oportunidad de visitar a Betsabeé Romero, artista plástica cuyo trabajo tiene su base, precisamente, en el fenómeno de la migración y, con énfasis, en la frontera norte. A través de sus obras -intervención en vehículos y llantas-, me llevó a la reflexión sobre la terrible situación que atraviesan los migrantes desde que abandonan su lugar de origen. Muchos de ellos son niños, niñas y adolescentes, viajando en familia o por su cuenta. Inmerso en esta reflexión, nos enteramos de lo que puede ser uno de los hechos más detestables e inhumanos de la historia reciente en el tráfico de personas. Sesenta y siete seres humanos -mujeres, hombres, niñas y niños-, encerrados y dejados a su suerte en un camión a altas temperaturas.

Muchas son las razones que originan este fenómeno, pobreza, falta de oportunidades laborales, de educación de calidad, delincuencia. No obstante, hoy quisiera motivar un ejercicio de reflexión, sobre qué podemos hacer para ayudar. Sabemos que transitan familias enteras, adultos, no obstante, debemos prestar especial atención en los niños, niñas y adolescentes que lo padecen. Si son el futuro de esta gran nación, cómo esperamos una transformación, sino les estamos dando las herramientas básicas, ni la debida defensa y protección. https://d-27615800631114002555.ampproject.net/2206101637000/frame.html

Entre 2015 y 2020, el INEGI registró casi 803 mil mexicanos emigrando del país. De estos, el 13 por ciento eran menores de 18 años. Las principales razones detectadas para emigrar, son buscar reencontrarse con la familia y mejorar su situación económica.

1. En principio, debemos concientizarnos y concientizar, que no se trata de invasores, sino de seres humanos con necesidades, anhelos y derecho a una mejor vida. Son nuestros prójimos. 

2. Tener un mayor énfasis en la capacitación y sensibilización a las autoridades vinculadas de la Secretaría de Gobernación y, sobre todo, del Instituto Nacional de Migración. Durante 2018, casi 32 mil infantes migrantes fueron presentados ante el INAMI; más de mil 200 viajaban solos. 

3. Fortalecer la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil que brindan apoyo valioso a las personas en tránsito o en espera de resolver su situación legal. 

4. Buscar, informarnos y acercarnos a los organismos de ayuda a migrantes que operan en nuestra ciudad. Por ejemplo, Aldeas Infantiles SOS México, con quienes participo, brinda hogares temporales a niños y niñas migrantes, podemos donar. Recuerda que todas y todos, voluntaria o involuntariamente, hemos sido o somos migrantes, seamos empáticos.