Educación en México: Infancia y su derecho a las TI

El mundo ya cambió. Me enviaron un artículo de un académico uruguayo titulado: “Me cansé… me rindo…”, donde decide renunciar a su cátedra, porque ya no puede con sus estudiantes. “Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez. Me cansé de pelear contra los celulares, contra Whatsapp y Facebook. Me ganaron”, sentencia.

Respondí a la maestra Carmen, quien me lo compartió: me parece muy extremo. Debemos aprender a convivir con la modernidad, subirnos a la ola y, en su caso, utilizarla para enseñar. No se puede luchar contra la tecnología, hay que usarla.

Entiendo que, en ocasiones, puede ser frustrante tratar de mantener una conversación, cuando el receptor se encuentra inmerso en la consola. Pero ésta ya está aquí y no sólo para esparcimiento o moda, es un instrumento de “otro mundo”, para el trabajo, la conectividad y la eficiencia. Ya recuerdo yo escribiendo tareas en máquina de escribir y hablándole a mi novia desde un teléfono público bajo la lluvia.

Tal vez no se trata de odiarla o excluirla, sino de aprovecharla y administrarla. Vayamos con la niñez y la adolescencia, primero, nacen en la era de las maravillas modernas, pero, más aún, de acuerdo con la ley general de niñas, niños y adolescentes, “gozan del derecho de acceso universal a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e Internet establecidos en la Constitución…”

Entonces, partamos de esa premisa, es un derecho para ellos y una obligación para nosotros y para el Estado. Para las y los académicos que tiran la toalla, sugeriría que analicemos de qué manera podemos transmitir el conocimiento, utilizando sus mismas estrategias. ¿Será posible? ¿será que en realidad no están prestando atención o que es más grande la animadversión que no nos permite aceptarla?

Para los padres de familia, donde todavía puede existir una medida de control al interior de los hogares, ¿se podrá administrar? Ya en otras entregas de esta columna, me he referido a las herramientas de control parental, a la comunicación necesaria con nuestros hijos e hijas, para hacerles ver los riesgos asociados y, agregaría, la posibilidad de limitar el tiempo de exposición vs. convivencia familiar, lo que implica que los adultos también debemos poner de nuestra parte y convivir.

En mi caso, durante muchos años me resistí a las redes sociales. No obstante, en constantes pláticas con sobrinos y sobrinas y con colaboradores y colaboradoras más cercanas a estos asuntos, me di cuenta de la importancia de asumirlas y administrarlas, con seguridad y responsabilidad, sobre todo, con nuestra infancia.

Prueba de ello, con mucho gusto les comparto una comunidad segura que integramos en la página web www.joseluisayoub.com, donde nos abrimos a la comunidad cibernética, precisamente, por la defensa de la seguridad infantil. Los invito a sumarse e innovar en pro de la niñez, futuro de esta gran nación.