¿Cómo prevenir el suicidio? Palabras que pueden salvar vidas

¿Por qué perdemos las ganas de vivir? Muchas son las causas que lo motivan, es un problema de salud pública multifactoral, pero se puede prevenir. Personalmente no he experimentado esa sensación extrema de desaliento, pero sí he estado inmerso en situaciones que me han hecho reflexionar sobre los posibles impulsos de quienes toman esa decisión.

En México se registraron 23 fallecimientos diarios por lesiones autoinfligidas, lo que representa una tasa de suicidio que pasó de 6.2 por cada 100 mil habitantes en 2020 a 6.5 en 2021. Insisto, se puede evitar, si se detecta y se brinda acompañamiento, en ocasiones, sólo hace falta una palabra de aliento, un quédate sincero.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, más de 700 mil personas mueren por suicidio cada año, convirtiéndose en la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. De la población de 10 años y más, el 5 por ciento ha declarado que alguna vez ha pensado quitarse la vida.

El 10 de septiembre la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, avalado por la OMS, instituyeron el día mundial para la prevención del suicidio, no obstante, debe ser propósito diario de todas y todos, crear consciencia de que estos lamentables fallecimientos son prevenibles.

¿Qué podemos hacer para ayudar? Si partimos de la base de que el suicidio forma parte de un proceso que inicia con la idea autodestructiva, pasando a intentos y llegando a su consumación, debemos reconocer que se puede evitar. Sugeriría empezar por eliminar mitos y asumir realidades.

Mitos. Está exagerando, ya se le pasará; sólo quiere llamar la atención; tiene que echarle ganas; él o la que habla de esto es un loco.

Realidades. Niñas, niños y adolescentes están en riesgo. 8 de cada 10 personas que han manifestado su intención, lo realizan; para sobreponerse del sufrimiento emocional no es sólo cuestión de voluntad, se requiere atención profesional; es cierto que puede existir un trastorno como la depresión, pero mantienen sus capacidades mentales íntegras, por lo que es tratable. La atención temprana de la depresión, puede prevenir intentos de suicidio.

Pero, sobre todo y, me sumo a esto, propondría estar muy atentos y ser empáticos con nuestro entorno, empezando por familiares, amigos, compañeros de trabajo. Cualquier comentario sugerido al suicidio debería prender un foco rojo inmediato. Tal vez no en el momento, pero si enseguida, tomarnos un minuto para acercarnos a la persona y platicar con ella. Puede resultar en una aparente broma o en una palabra que salve una vida.

Todos y todas necesitamos, pero más cuando se expresan estas circunstancias, de alguien que nos pueda preguntar: ¿qué puedo hacer por ti?; que escuche sin dar consejos ni juzgar; que acoja con fraternidad lo que le confiamos; y, en su caso, que nos eche una mano para buscar ayuda profesional. ¿Qué opinas?