Normalizar la violencia expone a niños, niñas y adolescentes a ser víctimas

97 por ciento de los delitos no se denuncian, urgente un sistema eficaz de investigación y justicia para acabar con la impunidad de los delincuentes.

Tengo en mis manos un libro de reciente publicación, El Secuestro en México, de Saskia Niño de Rivera y Manuel López San Martin, donde transcriben desgarradores testimonios de víctimas que, de primera mano, develan la terrible realidad y en donde se pueden encontrar claves importantes para la prevención.

Niñas, niños y adolescentes son víctimas recurrentes de estos desalmados delincuentes, por obvias razones. ¿Qué podemos hacer para prevenir?

Amén de que son factores que todas y todos reconocemos como necesarios, es decir, la urgencia de mejorar la educación, reducir la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, en esta ocasión, pretendo enfocarme más en la prevención que, precisamente, ofrece el relato de involuntarios, pero heróicos supervivientes.

Muchas personas se burlan de que alguien se encuentre siempre alerta y piensan que exagera. Yo les digo, con base en mi experiencia y en los testimonios, ¡exageren en el cuidado! Si algo ven o perciben sospechoso, raro o fuera de lo común, ¡peligro!

Ana, una de las víctimas, comparte que “días antes había tenido la sensación de que me seguían, incluso tuve varios encuentros con coches sospechosos, pero no le di importancia”. “Un mes antes empecé a notar ciertos coches raros, pero me daba un poco de pena decir lo que estaba pasando”. Alberto reflexiona, “…todas mis rutinas eran bastante predecibles y siempre iba solo a todas partes”.

¿Será que en el mundo actual debemos estar alertas? Sí. ¿Será que debemos evitar la verguenza y comentar cualquier sensación de inseguridad? Sí. Nuestra obligación como receptores, es creerles siempre. El Consejo Ciudadano de la CDMX es un gran aliado para apoyar en estos casos, márcales al 55 5533 5533.

Por otro lado, la normalización de la violencia insensibiliza a ciudadanos y autoridades. No debemos olvidar que se trata de seres humanos. Regresemos al camino de la empatía, del amor al prójimo. Helen, narra con sentimiento, “…el secuestro se ha vuelto un tema tan común, tan normalizado, que la gente dejó de verlo como lo que es: una experiencia horrible y traumática…”

La impunidad, otro factor relevante, de acuerdo con Niño de Rivera y López San Martin, en México el 97 por ciento de los delitos no se denuncian y, de los que sí, solo la mitad alcanza sentencia. Un sistema eficaz de investigación y justicia es urgente.

Ya lo recomendaba en mi columna del 29/02/20, ¡Alerta Fátima..!, sin ánimo de fatalismo, pero sí de precaver, integremos de nosotros y nuestros familiares, un banco de información actualizado, fotos, datos personales.

La prevención es una herramienta poderosa. Estemos alertas siempre, si bien, el número de secuestros ha ido a la baja, éste y muchos delitos más, nos acechan a la vuelta de la esquina. Estemos vigilantes y atentos, sobre todo, por la defensa de la seguridad infantil.

Niños abusados en México ¿Cómo erradicar este delito?

México es el primer país en abuso sexual infantil. ¿Cuál es el papel de los adultos como defensores de la seguridad infantil?

Durante mi infancia me encontré con muchas situaciones de riesgo, a amiguitos y amiguitas, familiares, compañeros, en posiciones de inseguridad. No lo comprendía. Ahora de adulto, continúo viendo a niños y niñas en contextos que ponen en peligro su seguridad infantil. Ya lo comprendo más.

Entiendo la defensa de la seguridad infantil, como la obligación que tenemos todas y todos de garantizar, a niñas, niños y adolescentes, una vida libre de abuso sexual. ¡No puede ser que en siete de cada diez casos, el agresor sea un familiar!
Estuve construyendo en mi cabeza, ¿Cuál sería la visión más representativa para esta lucha? -que no empezó ayer, surge en mis primeros años sin estructura y continúa hasta estos días, con una mayor organización, estudio, conocimiento y grandes aliadas y aliados-, en esa construcción, platicaba con mi amiga y consejera Carmen Parra y, casualmente, nos acompañaba Emily, una niña de siete años, quien escuchaba la conversación.

Yo exponía mi desesperación por tantos casos de abuso y agresión infantil. Proponía reforzar acciones, hablar más del tema, hacer propuestas, todo en torno a una bandera común sobre el activismo por los derechos de la infancia o de la defensa de la seguridad infantil.

Emily, muy elocuente, con semblante serio, intervino con inocencia y con voz de autoridad: “No se compliquen, a mí me gusta mucho y me da confianza… defensor de la seguridad infantil”.

Analizando ese momento epifánico, me dí cuenta que una niña inocente e inteligente, se había decidido por una frase que confirma lo que necesitamos y que muchas niñas, niños y adolescentes no perciben en su vida: adultos defendiendo su seguridad.

¿Cómo podemos dormir, sabiendo que están siendo agredidos física, psicológica y sexualmente, en sus casas, en las escuelas?

México es el primer lugar del mundo en abuso sexual infantil. Cada año 5.4 millones son víctimas de este delito. Antes de cumplir la mayoría de edad, una de cada cuatro niñas sufre algún tipo de violencia sexual, en niños uno de cada seis; y, solamente uno de cada diez, logra hablar del tema. ¿No es aterrador?

En lo que seguimos compartiendo información, les dejo unas leyes personales que considero inmutables para la seguridad infantil:

  1. ¡Créeles siempre!,
  2. Es mejor disculparse después con un adulto, que dejar en riesgo a un menor,
  3. Tocar inapropiadamente a los niños, nunca puede considerarse como algo normal,
  4. Platica con ellos, hazlos sentir seguros, y,
  5. Ante cambios en su estado de ánimo, algo está sucediendo.

Una historia que ya les he compartido, que surgió de una plática con Kailash Satyarthi, premio nobel de la paz, sobre una niña que rescató de las garras de sus perpetradores, ella le preguntó durante el rescate: ¿Dónde estabas? ¿Por qué te tardaste tanto?

Hoy nos preguntó, ¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo? No arruinemos la vida de un niño, una niña o un adolescente, por tardarnos en reaccionar, en visualizarlo. Empecemos por casa, convirtámonos ¡ya!, en un defensor de la seguridad infantil.

Violencia infantil en México, la indiferencia está matando a las infancias

6 de cada 10 niños son maltratados. Baja California, el estado con mayor casos de corrupción de menores. Algunas reflexiones para la defensa de la seguridad infantil.

Desalmadas escenas se publicaron en algunos medios de comunicación bajo los titulares, en Mexicali, “muere niño de cuatro años al ser golpeado, abusado y encadenado”, por sus padres.

La palabra “muere”, me parece muy cobarde para el caso, se refiere a la cesación o término de la vida, cuando en realidad fue un asesinato, que es matar con alevosía, ensañamiento, causando viva aflicción. Esto último resalta, ya que, imaginen, un crimen prolongándose en el tiempo, desde la primera falta de alimento, encadenamiento, golpe o abuso sexual y su terrorífico desenlace.

¿Qué nos está pasando? ¿En qué momento perdimos la compasión? ¿Cuándo nos dejó de importar el prójimo? Iván ni ningún otro niño, niña o adolescente, debe ser abusado, agredido o asesinado.

¿Se pudo evitar? No lo sabemos. No obstante, al igual que el caso de #Debanhi con sus amigas, como éste de Mexicali, con los vecinos, autoridades, niñera o parientes de Iván, debemos reflexionar de cuál podría ser nuestra contribución, en estas situaciones, si es que logramos perder el miedo a equivocarnos, a quedar mal y nos atrevemos a denunciar o, en su caso, los servidores públicos a profesionalizarse y empatizar con los asuntos que reciben.https://d-2461161244235638281.ampproject.net/2206101637000/frame.html

Reitero, los culpables son los asesinos, me queda claro, pero debemos reforzar nuestros criterios y, ante la duda, es mejor alzar la voz. En el caso de Iván, existía una carpeta de investigación abierta ante la Fiscalía General de Baja California, ¡desde 2020! por maltrato infantil, ¿qué pasó? Y, por otro lado, la agresión que sufría, así como la de los otros seis infantes encontrados en el domicilio, era evidente, ¿por qué no se enfatizó en denunciar o dar seguimiento? Los oficiales de seguridad pública y paramédicos respondieron al llamado, pero fue demasiado tarde.

Es un trabajo de todas y todos, pero más de aquellos que estamos en proximidad. La Fiscalía investiga una posible negligencia en la integración, la seguridad pública respondió; entonces, no podemos dejar pasar el sufrimiento ajeno, como escribió mi madre Teresa en redes: “Debemos actuar, hacer algo más por ese menor y, quitar de nuestra mente: ‘no me quiero meter en problemas’…  para mí, esos son razonamientos egoístas, porque vivimos en un mundo, rodeados de personas y, una de esas [niños] puede necesitarte, ¡súmate!”.

La Unicef estima que, en nuestro país, seis de cada 10 niñas y niños han sufrido algún tipo de agresión. Save the Children alerta que diariamente siete menores son víctimas de homicidio. En los últimos años, Baja California ha encabezado la lista nacional de incidencia delictiva en corrupción de menores; sólo en los primeros tres meses de 2022 se registraron 173 casos.

Esta terrible situación no debe continuar. Recordemos y hagamos nuestra la premisa del Talmud Babilónico: “Quien salva una vida es como si salvara al mundo”. ¿Te comprometes a prevenir, denunciar, a convertirte en un defensor de la seguridad infantil? Los niños son el futuro de esta gran nación.



Derechos humanos: ¿Cómo educar a los niños sin violencia?

La violencia infantil en México afecta a seis de cada diez niños. Las viejas y malas prácticas en casa deben acabarse.

Los niños deben someterse a sus padres o tutores porque estos son dueños de sus derechos humanos. ¡Falso! Los progenitores o familiares adultos, suponen que, por haberlos procreado o por tener una mayor edad, pueden administrar a voluntad los derechos inherentes a los infantes.

“Si no haces tu tarea te vas a tu cuarto sin cenar”… no, no, no, señor o señora, usted está violentando su derecho a la alimentación adecuada e imponiendo castigos degradantes, por lo que hasta puede incurrir en algún delito, busque otros recursos no agresivos, echemos mano del concepto positivo de disciplina, a través de formas participativas.

En principio, debemos comprender y que se quede ahí en nuestra mente, que los menores de edad, antes de hijas o sobrinos, son seres humanos. El foco de atención siempre debe estar en su humanidad.

En México, seis de cada diez niñas y niños son corregidos con violencia y el seis por ciento sufre castigos severos; estudios comprueban que la violencia infantil genera adultos inseguros y violentos.

Comprendo que en los primeros años podemos ser rebeldes -seguramente yo lo fui en algún grado-, pero somos eso ¡Niños! Ya dice la máxima: en alguien debe caber la prudencia y no esperemos, ¡por Dios!, que sea en los menores.

Estuve viviendo varios años en Madrid y cuando regresé a Mexicali, empecé a convivir con mi sobrino que ya contaba con siete años, platicando con él, me desesperaba mucho que no actuara como yo esperaba. Saque usted sus conclusiones… pues claro, era tan sólo un menor, lo que pasa por su cabeza y sus experiencias son muy distintas a las de un adulto.

La convención sobre los derechos del niño, reconoce los derechos humanos, como propios y naturales a ellos, por el sólo hecho de existir y no dependen de nadie. Entre otros, a la vida, a la libertad, a expresar su opinión libremente, a no sufrir abuso físico o mental, malos tratos o explotación.

Nuestra Constitución política establece que el Estado velará y cumplirá con el principio de interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos.

Asimismo, la Ley general de los derechos de niñas, niños y adolescentes, prohíbe cualquier tipo de castigo corporal o humillante, incluyendo golpes, empujones, mordidas, tirones de cabello, actos que denigren, desvaloricen, estigmaticen, de menosprecio.

¡Mucho ojo! Porque no estoy sugiriendo que no se les guíe, eduque e instruya. Para nada, sino que modernicemos los métodos mal aprendidos. Estoy convencido, porque así lo experimenté que, con amor, comprensión y entendimiento, lograremos los mismos resultados, sin violentar a la infancia.

Así que, antes de castigar, golpear o mandar a dormir sin cenar, recuerde que estos tratos son inhumanos, que pueden constituir un delito y que los niños son niños. ¡Cuente hasta diez! Permitamos que los niños, niñas y adolescentes, sean eso, que se dediquen a ser felices, sólo así podremos construir un México en paz y con un futuro más prometedor.

Derecho a la familia: Organizaciones al SOS de la infancia mexicana

La niñez es el futuro de México, además del DIF y otras instituciones, también es una responsabilidad ciudadana.

De acuerdo con la convención de los derechos del niño, aprobada como tratado de derechos humanos en 1989, la familia es el espacio fundamental de la sociedad y canal para el adecuado crecimiento y bienestar de los menores. Esta necesidad natural no siempre es posible, por ello se desarrolla e implementa el concepto de cuidados alternativos como un medio para restituir el derecho a vivir en familia.

En 2015 se estimaban 33,118 niños, niñas y adolescentes menores de 17 años en centros de asistencia social; para el censo de 2020, el dato es de 64 mil personas de 0 a 19 años alojados en estos establecimientos. Baja California como la entidad con mayor población albergada.

¿Qué estamos haciendo para atender esta problemática, siendo que la niñez es el futuro de México? El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y las Procuradurías de Protección, nacional y estatales, son responsables de la protección y atención de los infantes con estas necesidades, no obstante, no es suficiente.

Para ello y como un rayo de esperanza, existen agrupaciones civiles que, de la mano y bajo la supervisión de las autoridades, procuran brindar la atención complementaria. Entre éstas, se encuentra la organización internacional, con representación en nuestro país, Aldeas Infantiles México SOS, con la que honrosamente participo.

Aldeas trabaja arduamente para restituir el derecho a vivir en familia, de los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado de sus familias o están en riesgo de perderlo.

Tuve la oportunidad de conversar con Erika Montes Caballero, coordinadora nacional de cuidados alternativos de esta institución y, me pareció de vital importancia, como parte de la solución a esta problemática, compartir con ustedes, sobre todo, la noble labor de esta asociación, así como el concepto de cuidados alternativos para la infancia en desamparo.

En principio, existen diversas razones por las cuáles nuestros menores pueden quedar sin familia, entre ellas la violencia física, sexual, psicológica o por abandono y, actualmente, se ha sumado a estos cuidados la población en condición de movilidad, aquellos que transitan a través del país de manera desamparada.

Así, cuando el desarrollo en la familia de origen no es posible, se debe cuidar de ellos de manera alternativa, a través de familiares u otras personas adultas, siempre bajo la supervisión del Estado y asegurándose que reciben la atención necesaria, ya sea al cuidado de otros miembros de su misma familia, en una de acogida -distinta a la suya-, en acogida pre adoptiva, en adoptiva o en acogida residencial, como el caso de Aldeas Infantiles.

Es importante destacar que todos aquellos niños que se reciben en esta organización, son derivados de las autoridades, para iniciar desde el día uno, su proceso de reintegración a la familia de origen o, en su caso, acompañarlos hasta consolidar un proyecto de vida independiente.

Las autoridades, agrupaciones y seres humanos que procuran esta alternativa no pueden solos, es responsabilidad de todas y todos nosotros, sumarnos decididamente, son nuestros niños y niñas, es nuestro país. ¿Te apuntas?


Revocación de mandato: El liderazgo es lo importante, no la aprobación ciudadana

La encuesta de AMLO debe calificar su desempeño y resultados como líder, y no tanto reafirmar a quién fue elegido o medir cuántos ciudadanos lo respaldan.

En mis redes sociales en novedosa expansión, presento dos líneas de contenido con las que me identifico: 1. La protección de los derechos humanos, especialmente, de niñas, niños y adolescentes; y, 2. El liderazgo.

A simple vista, parecería que no están vinculados, pero no es así, el liderazgo legítimo debe mantener al ser humano como fundamento toral.

Parte de los estudios de posgrado, los he centrado en el liderazgo en las organizaciones complejas; pasando por los diferentes enfoques y hasta llegar al que consideré el más completo y con suficiente evidencia como para soporta su eficacia: el transformacional.

Mucho hay para compartir sobre liderazgo, no obstante, considerando la vinculación entre esas dos líneas de estudio y el próximo ejercicio democrático del 10 de abril, en donde decidiremos si revocamos el mandato del Presidente López Obrador, me pareció pertinente cuestionarnos: ¿Por quién queremos ser liderados?

Por ello y para contrastar, les comparto las principales características de un líder eficaz, que han sido identificadas en las distintas corrientes de liderazgo.

En los primeros estudios por allá en los años 20´s, basados en la teoría hereditaria del gran hombre, se asumió que los líderes nacen con atributos naturales, como la inteligencia, honestidad o integridad, que les permiten ejercer influencia.

Más adelante, a partir de los 40´s, la investigación se centró en los estilos de liderazgo desarrollados por los líderes a través de sus comportamientos y, se identificaron dos tipos, aquellos enfocados al trabajo; y, aquellos orientados hacia las personas, su bienestar y necesidades.

En los años 60´s se mezclaron dos corrientes, la que involucra en el proceso a las situaciones que giran alrededor del liderazgo y, la que más nos interesa, la transaccional, donde el vínculo es una transacción, te doy y me das algo. Aquel que cumpla con las expectativas del grupo, provee una fuerte recompensa para otros, quienes en intercambio, le otorgan estatus y estima.

Finalmente, como una integración de estas corrientes, se consolida el nuevo enfoque de liderazgo –que considero vigente-, con el resurgimiento de las teorías carismáticas y el establecimiento de las transformacionales, que están más enfocadas a los aspectos emocionales y simbólicos, es decir, en el impacto que tiene el líder en los valores, emociones y motivaciones de sus seguidores.

Entonces, ¿quién queremos que nos gobierne? Haciendo un collage de estos enfoques, ¿nuestros líderes demuestran inteligencia, son honestos e íntegros? ¿proporcionan dirección y estructura racional o se enfocan en la satisfacción de los seguidores? ¿cumplen con las expectativas que generaron? Y, sobre todo, ¿están inspirando cambios profundos que nos llevan más allá de lo esperado?

Unas breves pinceladas de los procesos de liderazgo que nos pueden orientar en la decisión sobre nuestros gobernantes; y, regresando al tema, recordemos que se trata de revocar un mandato en función de comportamientos y resultados, y no de confirmar lo que, en su caso, se está haciendo adecuadamente. #10deAbril

Feminicidios en México: El culpable es el hombre, la mujer es la víctima

La marcha del 8M no debe ser tema de discusión ni el recuento de los “destrozos”, sino centrarse en las miles de mujeres que alzan la voz para que dejen de matarlas.

No se trata de las mujeres, se trata de los hombres que violentan y de cómo la sociedad define y ha construido el concepto de género. No nacemos con esa concepción, en realidad, la diseñamos, la enseñamos, normalizamos y es lo que las está matando.

El centro de atención no debe estar en ellas, de si iban vestidas inapropiadamente o si tenían tatuajes, sino en la rabia, trastorno o mala educación de constructo, que el hombre y la sociedad llevan dentro de su cabeza.

Cuando conocemos casos de violencia de género, siempre es más fácil, utilizando la concepción imperante -entre azul y rosa-, culpar a ella y no aceptar que el perpetrador es el hombre. No hemos logrado hacernos responsables.

En un reciente caso de denuncia de agresión sexual, platicando con un conocido, al comentar el tema, su respuesta inmediata fue: ¿mmm?, ¡pero la fama siempre atrae! y me enfurecí: ¡No hemos entendido nada! No se trata de la menor de edad, sino del hombre que considera que está bien mantener una relación “amorosa” con una niña.

El foco de atención no debe estar en la mujer y en lo que hace, sino en los malhechores que violentan, lastiman y asesinan. ¿Por qué está sucediendo? ¿Qué los está motivando? ¿Cómo podemos detener esta pandemia histórica?

En la marcha del #8M, considerando que escribo de ello, se iniciaron pláticas sobre las acciones de la mujer en la misma y, un común denominador fue centrarse en las pintas, vidrios quebrados y “ultrajes” a los monumentos. Es más fácil decir que son vándalas a reflexionar y aceptar por qué se están manifestando.

Mi respuesta siempre ha sido la misma -sujeta a cambio y corrección-, no se trata de las pintarrajeadas, no se trata de eso, se trata de todos nosotros que no estamos escuchando, que no estamos haciendo nada, se trata del por qué y no del cómo.

Seguramente las mujeres que asistieron, prefieren estar en su oficina, trabajando, divirtiéndose, en familia o descansando tranquilamente, más que salir a exponerse a agresiones y gases lacrimógenos. No imagino a una mujer que se levante por la mañana y piense: ¿hoy qué monumento voy a destrozar? No, las están matando y algo se debe hacer.

Estoy convencido de que si las mujeres encontraran justicia, políticas públicas focalizadas, refugios, planes de educación y que los casos de agresiones, homicidios y feminicidios disminuyeran, no habría ninguna necesidad de salir a la calle a arriesgarse para ser escuchadas.

¡No es vandalismo, es un grito desesperado por sus vidas!

De 2015 a 2021 se perpetraron 5,522 feminicidios y 17,625 homicidios dolosos, es decir, 275 mujeres fueron asesinadas, cada mes, en los últimos siete años. Sólo este mes de enero, con datos del Secretariado Ejecutivo, 292 de ellas formaron parte de la terrible estadística por estos delitos. ¿No será suficiente motivo para manifestarse y unirnos? ¿Usted qué opina?

Pacto nacional contra la violencia de género

A pesar de que los homicidios dolosos han ido a la baja, la percepción de inseguridad y los feminicidios continúan. Hace falta implementar políticas de género.

Las mujeres siguen sufriendo agresiones y muerte. Esta semana, noticia tras noticia de trágicos sucesos me estremecieron. Se vuelven a prender los focos rojos.

Vianey de 18 años, quien para evitar un posible secuestro en Saltillo, se arrojó del taxi y falleció; el domingo pasado activistas de la fundación Carmen Sánchez MX, protestaron frente a Palacio Nacional, por el incremento de ataques con ácido.
En San Cristóbal de las Casas, Paula Ruiz fue asesinada, ella valientemente tomó una foto de su perpetrador en el momento mismo del disparo ¡Terrible!; en Zoquitlán, Puebla, una niña de 10 años fue encontrada sin vida; en Baja California (mi tierra querida), el asesinato de Elizabeth Martínez, acontecido en Tijuana el 17 de febrero; Michelle Pérez en Tlalpan y Elisa Jiménez en Zapopan, localizadas sin vida y con signos de violencia el 21 de febrero. (No sólo es una mención de casos, es un llamado enérgico a las autoridades respectivas a hacer justicia para todas ellas. #Niunamás).

Estadísticamente los homicidios dolosos en contra de mujeres y los feminicidios han disminuido y, al parecer, enero 2022 ha sido el mes con el menor registro en este sexenio. Se debe reconocer. No obstante, las cifras resultantes y la indiferencia continúan siendo aterradoras.

Debemos tener especial cuidado cuando hacemos comparaciones estadísticas entre periodos, ya que no necesariamente existe una correlación entre la disminución de casos y las acciones implementadas, otras variables pueden estar influyendo; esto es algo que análisis serios deben corroborar y los centros de estudio podrían ayudar. Asimismo, la reducción de algunos casos respecto de otro periodo, no necesariamente es alentador.

También, es muy importante medir la percepción de seguridad, ¿qué tan segura se siente una mujer? El hecho de que Vianey se haya arrojado del transporte, es un indicio negativo de esa percepción. En cuanto a la diferencia de casos entre homicidio doloso de mujeres y feminicidios, también puede resultar impreciso, ante la posibilidad de que los estados estén clasificando homicidios, cuando en realidad se trata de feminicidios. Por ejemplo, en diciembre de 2021, se registraron 204 del primero y 76 del segundo. ¿Cuántos homicidios realmente fueron feminicidios? Falta capacitación.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo, hasta el 25 de febrero, podremos tener datos completos de estos delitos al 31 de enero de 2022. No obstante, sí sabemos que durante el mes pasado, se registraron 75 feminicidios, uno menos que en diciembre 2021.

La violencia de género, en cualquiera de sus modalidades, es un delito de alto impacto y multidimensional en su afectación, por lo que su atención debe ser en la misma medida.

Es una apuesta a futuro como país, hacia dónde queremos ir y qué herencia queremos dejar a nuestros hijos. Es momento de un gran pacto nacional contra la violencia de género, serio y con el compromiso de todos los órdenes de gobierno, asociaciones civiles y ciudadanía.

Imaginemos, por ejemplo, las entidades federativas creando Grupos Especiales en Investigación de Delitos contra Mujeres, coordinándose con las 100 mujeres policías que ya colaboran en la Guardia Nacional.

¿Facebook o Revocación de Mandato?

La problemática en materia delictiva también se traslada a las redes sociales, una herramienta digital con dos caras.

Considero dos temas de relevancia nacional, las redes sociales y la revocación de mandato, misma que se llevará a cabo este 10 de abril, como primer ejercicio de esta clase, en toda nuestra historia democrática.

En esta ocasión, ganaron el turno las redes sociales, sus bondades y peligros -especialmente vinculados con la trata de personas-, tomando en consideración que con la revocación nos encontramos inmersos, desde el 4 de febrero, en una prohibición constitucional, donde sólo las autoridades electorales están facultadas para promover la participación ciudadana.

A mi edad, -diría mi padre- y, contra todo pronóstico millenial, a penas la semana pasada activé mis cuentas públicas de Facebook, Instagram y Linkedin.

Me han dicho que debo estar como niño con juguete nuevo y, en efecto, ha sido una experiencia increíble, pero también, siendo nuevo en esto y, al estar adentrándome en la materia, me he percatado de los riesgos asociados.

No sugiero que para ingresar a este mundo debamos hacer un análisis filosófico de sus funcionalidades, sino simplemente comprender que, en principio, existe una despersonalización y, difícilmente podemos saber, con exactitud, quién se encuentra detrás de la pantalla.

Veamos. Gratas sorpresas me he llevado “reconectando” con familiares, amigos y alguna que otra crush de mis primeros años, amén de que también se está convirtiendo en un medio más para transmitir opiniones e información en el campo que me interesa de los derechos humanos.

Pero, por otro lado y, al tener mis cuentas abiertas y aceptar todas las solicitudes de amistad, me he podido dar cuenta de las amenazas que pueden estar acechando, fraudes, engaños, así como enganches para la trata de personas. Los perpetradores cuentan con información personal sensible de sus víctimas, rutinas, así como la posibilidad inmediata de entrar en contacto directo.

En el reporte Trata de Personas, México 2019-2020, de un análisis de más de 4 mil 500 incidencias, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, informó que durante ese periodo, los delincuentes utilizaron las redes sociales como medio para atraer a personas vulnerables, en un 22 por ciento de los casos.

Asimismo, el enamoramiento, cara a cara, descendió al segundo sitio como medio más utilizado con un 29 por ciento de los casos, presentándose la oferta de empleo engañosa en redes, como el primer lugar, con un 47 por ciento de las ocurrencias. Las redes sociales existen y los criminales las están utilizando.

Benditas redes sociales, no debemos satanizarlas, no obstante, resulta fundamental para mitigar el riesgo de exposición al delito, que las plataformas implementen controles efectivos para verificar identidades, que exista coordinación con las autoridades para denunciar y, sobre todo, que mantengamos comunicación con nuestras niñas, niños y adolescentes para que estén atentos. Aunque los adultos tampoco estamos exentos. ¡Mucho ojo!

El verdadero espíritu de la revocación de mandato

Aunque debe funcionar a favor de la democracia y hacer valer la disconformidad de los ciudadanos, para la 4T ¿es un mecanismo de popularidad?

La revocación de mandato es un ejercicio democrático nuevo en nuestro país, consagrado en la Constitución, a partir del 20 de diciembre de 2019, como un derecho ciudadano.
Más ampliamente regulado en su Ley Federal de Revocación de Mandato publicada en septiembre de 2021, fecha simbólica en la cual José María Morelos y Pavón, declaró en los Sentimientos de la Nación que la soberanía dimana del pueblo.

El nombre de esta figura es suficiente para comprender su significado, no obstante, el artículo 5 de su ley secundaria lo confirma: El proceso de revocación de mandato es el 1. Instrumento de participación ciudadana; 2. Solicitado por la ciudadanía; 3. Para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo en la Presidencia de la República; y, muy importante para este análisis, 4. A partir de la pérdida de la confianza.
Es decir, sólo se puede solicitar cuando más de 2 millones, 788 mil ciudadanos, inscritos en la lista nominal de electores, consideran que han perdido la confianza en la forma de gobernar de un servidor electo.

 Inclusive, el artículo 16 de la ley, obliga a acompañar con la solicitud, la manifestación expresa de los motivos y causas que la originan que, por obvias razones, deben estar alineados a la pérdida de confianza, como un hecho negativo de la actuación del gobernante.

            Una exposición de motivos, plasmada en un temprano intento de legislar sobre la materia, justificó la figura ante actos de corrupción, ineficiencia, violación a los derechos humanos y pérdida de legitimidad; y argumentó que con ello se refuerza el control popular, permite corregir fallas electorales y estimula la vigilancia y rendición de cuentas.

De proceder, será separado definitivamente del cargo y, de forma inmediata, el Presidente del Congreso asumirá provisionalmente y, dentro de los 30 días siguientes, el Congreso nombrará a quien concluirá el periodo constitucional.

Como podemos comprobar constitucionalmente, el verdadero espíritu de este valioso instrumento de participación ciudadana, es el de dotarnos de un mecanismo para canalizar la inconformidad generalizada, ante la forma de gobernar de un persona que ha sido votada para realizar alguna función, más no así, para ratificarla cuando su desempeño está siendo satisfactorio.

Si esto es así, habría que preguntarnos si la actual revocación de mandato que se promueve para el Presidente Andrés Manuel López Obrador y, que inicia el 4 de febrero, ¿persigue el late motiv de su más puro significado?

Ahora, puede ser que exista otro motivo fundado para promoverlo en este momento, esto es que, aún cuando la condición de inconformidad no se encuentra generalizada, al tratarse de una institución joven, se considere importante iniciar su consolidación con una primera aplicación.

No obstante, esta justificación puede estar compitiendo entre el fortalecimiento democrático que ofrece, su costo y las diversas necesidades que actualmente enfrentamos como mexicanos. Usted decida y, en cualquier caso, participe este 10 de abril (¡que también es mi cumpleaños!).